Antropoceno
Las ciudades sintetizan de alguna manera el significado de civilización. En términos históricos el hombre paso de ser un ser nómada a un ser citadino, aglomerando en un mismo espacio geográfico la satisfacción de necesidades básicas como: alimento, salud, vestido y hogar. La ciudad fue surgiendo a la par de algunas invenciones como la escritura, la agricultura, la metalurgia, la minería, el comercio entre otras. Pero sin duda el apogeo de las ciudades se da desde los griegos con la centralización del poder político y religioso; luego los romanos consolidan las ciudades otorgándole solidez desde el comercio, el agua, las vías y el poder militar.
En nuestra latitud y longitud, antes de la llegada de los españoles, portugueses e ingleses, existían espacios consolidados que permitían el intercambio comercial y cultural, había pueblos como los incas, los mapuches, los mayas, los muiscas, los toltecas por nombrar solo algunos de los casi 60 millones de personas que habitaban el nuevo mundo y tenían una organización propia. Bacatá y Hunza ya existían, los españoles no fundaron nada, solo arrasaron con todo.
Desde la revolución industrial la morfología de las ciudades se ha modificado a mayor velocidad, auspiciada por el sistema capitalista. En la actual era denominada Antropoceno, la población mundial se concentra en ciudades y éstas a su vez se concentran en el hemisferio norte y en las costas marítimas, el ritmo de aumento poblacional ha generado disminución en la calidad de vida debido al desarrollo de externalidades negativas como la escasez de recursos, colapso de mercado laboral, pobreza, desigualdad, inseguridad y deterioro ambiental. Ante esto la humanidad debe reducir la huella de carbono asumiendo un consumo responsable con el uso de energías renovables como una manera de buscar formas de producir nuevos y mejores futuros.
Habitar en el Antropoceno requiere aprender a vivir y resistir en las condiciones del presente, anticipándose a los cambios. Precisamente hablando de cambios en unos años se dejará de hablar de tasa de natalidad humana, a tasa de natalidad animal, dado que los hogares ahora prefieren mascotas de compañía en lugar de hijos o hijas. Al final se espera que no terminemos como la trama que muestra la saga de la filmografía del planeta de los simios en donde los humanos y los simios se enfrentan por el control del planeta.