El Dilema
Cada nueva generación, ansiosa por encontrar su propia manera de interpretar el mundo, le ha dado un toque distintivo a su entorno. A lo largo de la historia, este impulso ha dado lugar a avances tecnológicos, científicos y sociales que han permitido a la humanidad conquistar territorios desconocidos, vencer enfermedades mortales y crear comodidades que anteriormente eran inimaginables.
Sin embargo, en esta búsqueda incesante de lo nuevo, lo innovador y los avances, se oculta una sombra de destrucción. La sobreexplotación de los recursos naturales, la contaminación ambiental, el cambio climático y la desconexión con lo esencial se han convertido en consecuencias lamentables de nuestro afán por avanzar. En este proceso, hemos perdido el placer de dedicar tiempo y amor a cada actividad, olvidando el valor de una sencilla artesanía y el trabajo bien hecho.
Hemos sacrificado la satisfacción que proviene de lo autóctono, de lo propio y de la creación, perdiendo de vista la esencia del aquí y el ahora. Es de suma importancia lograr encontrar un equilibrio entre el avance y el respeto por el entorno, para preservar lo esencial mientras seguimos adelante.
El tiempo parece correr cada vez más rápido, sin dar tregua para aprovechar mejor cada momento, es importante vivir un día a la vez, disfrutando de cada detalle que parece simple, casual o invisible a los ojos, recordando que somos pasajeros en un mundo que nos está ofreciendo lo mejor que tiene para que podamos vivir una vida lo más cómoda posible. No se trata de renunciar al progreso o a los avances tecnológicos, sino de encontrar un equilibrio entre el desarrollo humano y la preservación del medio ambiente.